Jemeres rojos

Jemeres rojos

Jemeres Rojos (Khmer Rouge en el original francés) es el nombre con el que fue conocida la organización comunista camboyana que, tras la Guerra de Vietnam, la expulsión de los Estados Unidos y el derrocamiento del general Lon Nol (que regía una dictadura militar desde 1970), tomó el poder el 17 de abril de 1975 (la «Caída de Phnom Penh») y fundó la Kampuchea Democrática (KD), un nuevo estado comunista bajo la dirección de Pol Pot (Saloth Sar), su principal líder.

Durante los cuatro años que duró su régimen (desde abril de 1975 a octubre de 1979), sus acciones y maneras de imponer su política condujeron a lo que se conoce como el «genocidio camboyano», actos que, en la actualidad, están siendo juzgados por un tribunal internacional en Phnom Penh por crímenes contra la humanidad.

El fin del régimen de los Jemeres Rojos, en 1979, fue consecuencia de la invasión de Camboya por Vietnam; a partir de ese momento, los Jemeres Rojos se convirtieron en una guerrilla de guerra fría aliada de China y EE. UU. y, una vez que estos les retiraron su apoyo hacia 1989, se adaptó convirtiéndose en una guerrilla del tipo que suele relacionarse con las economías de guerra.

Los Jemeres Rojos en el poder
Con los Jemeres Rojos se llevó a cabo el denominado genocidio en donde murió una cuarta parte de los habitantes del país, cifra no inferior a los dos millones de personas más las secuelas que ello significó para el país en general.

Pervivencia de los Jemeres Rojos (1979-89)
El régimen de los Jemeres Rojos terminó con la captura de Phnom Penh el 7 de febrero de 1979 por parte del ejército vietnamita, poniendo fin al experimento social ultra-izquierdista de Pol Pot. Así, tras una rápida campaña iniciada en diciembre de 1978 motivadas por escaramuzas fronterizas, Camboya queda una vez más bajo control extranjero, en este caso en la órbita vietnamita, en la que ya había permanecido con anterioridad a la colonización francesa.

A pesar del tradicional recelo camboyano hacia sus vecinos vietnamitas, la insostenibilidad del régimen de los Jemeres Rojos facilitó en parte la aceptación del nuevo ocupante, como muestra el gran número de defecciones de antiguos miembros del régimen de Pol Pot, que ahora constituirían la base de poder de la apresuradamente proclamada República Popular de Kampuchea.

En este momento, la facción aún leal a Pol Pot, manteniendo las siglas de la Kampuchea Democrática y exacerbando su discurso nacionalista, se retiró al occidente del país, desde donde llevaría a cabo una guerra de guerrillas contra el nuevo régimen de Phnom Penh.

Durante el agitado primer año del nuevo gobierno, el temor a la potencia ocupante, unida a una mala cosecha de arroz provocada por una sequía, llevarían a decenas de miles de camboyanos a huir del país y establecerse en campamentos de refugiados al otro lado de la frontera tailandesa. Dichos campos estarían dirigidos por, y encuadrados en, las tres facciones opositoras al nuevo régimen: los jemeres rojos, la pro-monárquica FUNCINPEC y el KPNLF funcionarán como base de retaguardia y reclutamiento para las operaciones de las milicias de estas tres facciones en el interior de Camboya.

Sin embargo, la facción que más apoyos internacionales recabaría sería la de la Kampuchea Democrática (KD). Así, la llegada a Tailandia de varios miles de soldados de los Jemeres Rojos, seguidos de sus familias, fue bien acogida por el gobierno, que alimentó, vistió, y asentó a varios miles de combatientes, que pronto empezarían a recibir también armamento chino a través de Tailandia. Tal y como ha señalado ACNUR, los campamentos controlados por los Jemeres Rojos, (Chong Khao, Phlu Noi , Phu Noi, Huey Cherng, etc) el control sobre la población refugiada era mucho mayor que en los campamentos dirigidos por las demás facciones. Los civiles de dichos campamentos tenían el estatus de refugiados políticos, siendo mantenidos así (aparte de un mínimo comercio y actividades económicas con el exterior) por las agencias de las Naciones Unidas, con lo que se dejaba las manos libres a la milicia de la KD para reorganizarse y reconstituirse en una efectiva fuerza de combate a la altura de 1982.

A nivel internacional, la creciente dependencia de la República Socialista de Vietnam y de su satélite la República Popular de Kampuchea con respecto a la URSS, tuvieron como efecto la inmediata hostilidad de China y de sus aliados anti-soviéticos Tailandia, Singapur y EEUU. La hostilidad de estos poderes al gobierno de Pnohm Penh conllevó el mantenimiento del asiento en la Asamblea General de las NN.UU. por parte de la KD. En cuanto al apoyo militar, aunque dichas potencias mantuvieran cierto apoyo a FUNCINPEC y al KPLNF, era el Khmer Rojo quien era percibido como la facción opositora más efectiva en el campo militar y la que, por tanto, recibiría mayor cantidad de material.

Para hacer más presentable su imagen ante la comunidad internacional de la que ahora dependían, en Septiembre de 1981, los dirigentes de la KD disolvieron formalmente el Partido Comunista de Kampuchea y abjuraron del comunismo para declarar su apoyo hacia la economía de mercado y el respeto a la tradición religiosa, sin por ello reestructurar su liderazgo, es decir, manteniendo a Pol Pot, Khieu Samphan y Ieng Sary en el poder. Dicho lavado de imagen permitió, sin embargo, un acercamiento a las otras facciones anti-vietnamitas y anti-comunistas del FUNCINPEC y el KPLNF, hasta unificarse en 1982 en el Gobierno de Coalición de la Kampuchea Democrática (GCKD).

Dicho gobierno estaría, de facto, en manos del Khmer Rojo, pues mantuvieron en el mismo la cartera de exteriores, el asiento en la ONU y el control de más de la mitad de los 40.000 milicianos de la coalición. Para llamar la atención internacional, la coalición llevó a cabo en 1982 una ofensiva sobre el oeste de Camboya, tomando una serie de posiciones, de las que serían expulsadas por el ejército de la RPK en una serie de contraofensivas lanzadas entre 1983 y 1985, tras lo cual la frontera fue fuertemente minada. A lo largo del resto de la década de los ochenta, la situación quedó enquistada en una forma de conflicto de baja intensidad característico de otros escenarios de la Guerra Fría. El mantenimiento de dicho conflicto fue minando los recursos y legitimidad tanto de la RPK como de sus patronos vietnamitas (en lo que algunos autores han llamado "el Vietnam de Vietnam" ).

La salida del conflicto empezó a perfilarse tras la caída del Muro de Berlín en 1989 y la llegada al poder de la administración Clinton en EE.UU. Este cambio de contexto llevó a un relajamiento en las relaciones entre los actores internacionales. La URSS, en proceso de disolución había perdido capacidad de intervención. En Septiembre de 1989, Las tropas vietnamitas abandonaban Camboya. Al año siguiente EEUU dejó de reconocer la legitimidad del CGKD y China disminuyó de forma parecida su apoyo.

En 1991, los acuerdos de París llevaron a un consejo de coalición entre las cuatro facciones (las tres opositoras y el rebautizado Estado de Camboya) presidido por el Príncipe Sihanouk y se establecía una presencia de las NN.UU., la UNTAC (United Nations Transitional Authority in Cambodia) hasta la celebración de elecciones en 1993. Con este proceso se ponía fin al conflicto camboyano en su fase de conflicto de baja intensidad de guerra fría.

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